ZARAGOZA REBELDE
Querida tía Neus:
He vuelto a Zaragoza. Klaus regresó a Alemania y la isla cambió de color y de aroma. No podía caminar entre las sabinas sin llorar, ya me conoces.
Pero he decidido que esta vez no voy a dejarme vencer por la tristeza, aunque no sé si ha sido buena idea colocar la tela de seda azul sobre la cama, encender el incienso y colgar en la pared la acuarela de Klaus. Ay, tía Neus, no sé, ya me conoces, me cuesta desprenderme de las cosas. Pero, eso sí, en esta ocasión nada de psicólogos. Hace dos días, apenas instalada de nuevo, me encontré con el Sastre y me dijo que si no quería abandonar definitivamente el blog, ya podía ponerme las pilas. No me siento con ánimo de escribir, pero no me gustaría dejar La caja de los hilos, de modo que se me ha ocurrido que, si a tí no te importa, publicaré las cartas -todas no, claro, sólo las que se pueda- que hemos ido enviándonos desde el verano.
Por cierto, tía Neus, el viernes me acordé de ti tanto... Ya te hablé de un proyecto, ZARAGOZA REBELDE, con el que colaboran un par de amigos míos. Participa mucha gente preparando un libro, una exposición y una página web para recuperar la otra memoria, la que no aparece en los manuales, esa de la que tú me hablas tan a menudo. Pues el viernes organizaron un encuentro poético en La Vía Láctea (no creas que se me va la pinza, que es el nombre de un bar) y no te hubieras podido creer la cantidad de gente que había. “POESÍA REBELDE Y TABERNARIA”, ay, si estuviera aquí mi tía Neus, les decía yo a todos. Comenzó leyendo unos poemas un escritor chileno que seguro que tú conocerás, Rolando Mix. No sabría decirte si temblaba más el papel que llevaba en las manos o cada uno de los que lo escuchábamos. Habló de ideas, de cárcel y de exilio. También habló de muros y esperanza, de economía, de vida cotidiana... ¡Se me olvidaba!, fue Luis Felipe Alegre, ese que tú conoces, el director de orquesta. No sé cómo lo hizo, pero consiguió que pasaran por el escenario un montón de personas sin que diese la sensación de historia interminable. Cómo me acordé de ti, tía Neus. Si estuviera aquí mi tía Neus, les decía yo cuando salió una tal Santolaya a leer unos poemas de Elena Pallarés... “Tan niña y con el nombre hecho pedazos”, casi me muero, tía, casi me muero... También un chico que se llama Nacho Escartín, un poco raro, que le gusta jugar a Robin Hood, leyó poemas de los que el Frente Fanzinista de Liberación Literaria escribía en servilletas en los años 80 ¿o era en los 90? Y Los títeres de la tía Elena (no de tu hermana, que es el nombre artístico de la compañía de Helena Millán), ¡Ah! y ese grupo que no es grupo, que son individuos que unas veces se combinan de un modo y otras de otro, que no sé quién es quién, que a veces cantan y a veces dicen... Daniel Rabanaque-Don Nadie-Zombra. Bueno, y Charo de la Varga, que leyó con unos cuadros de un pintor que se llama Burguete de fondo, y Mc Mariposa, una chica que empieza recitando y acaba cantando. También Amaury, un cubano que a veces colabora en el blog, ¡Ah! Y un chaval simpatiquísimo, Julio Donoso, que aunque salió a escena muy tarde, consiguió tenernos a todos hipnotizados. Y Pato y Hernán. Y Poética Sostenible. Y uno que llevaba títeres y que lo presentaron como Inocencio Jiménez, aunque yo creo que era una broma, que no se llama así. Y un montón que no me acuerdo. Y Gamboa, que fue el último, y leyó unos poemas de inmigración, de insumisión y de emoción.
De verdad, tía Neus, cómo me hubiera gustado que estuvieses en La Vía Láctea (aunque seguro que en París también respiras poesía). Tengo ganas de verte.
No sé si es cierto o si mi memoria juega a inventar retratos, pero recuerdo cuando, siendo yo niña, te acercabas y me decías al oído: "La poesía es un arma cargada de futuro". Después de escuchar a Rolando Mix pensé que, con frecuencia, la poesía es un arma cargada de pasado. Cuando me fui de la Vía Láctea no me cabía duda de que la poesía era un arma cargada de presente.
Te quiero, tía Neus.
Alicia.
Ariadna Vicente, también conocida como Little Miss Freak, es una joven creadora de Tarragona fascinada por el mito de Alicia.
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5 comentarios
Santo -
Robin Hood -
azzunena -
poesía eres tú, Alicia
y sí, yo también, casi, casi me muero...
ACRey -
También fue un placer leer¡
Gracias¡
Sonia -
Un abrazo súper.