EL DOBLE
Por Rebeca Labeca
Cuando sonó el despertador intentó alargar el tiempo mientras pensaba en la ropa que iba a llevar ese día para ir a trabajar. En el desayuno que iba a prepararse y en cómo se dirigiría más tarde por las escaleras hasta el portal y del portal a la parada del autobús. Tanto entró en sus pensamientos que su doppelgänger acabó cogiendo el 51 como si tal cosa y fichando en el reloj de la entrada sin que nadie advirtiera nada extraño. Cuando finalmente Marcos se relajó y dejó de controlar a su autómata especular para volver a otros sueños más placenteros, el sosias traidor aprovechó para levantarle la falda a la recepcionista y plantarle un beso en la boca a la jefa de personal antes de vaciar la cuenta bancaria de Marcos para comprar un billete al Caribe donde desde entonces se desquita encurtiéndose de sol y mojitos de tantos años de servidumbre titiretada.
Cornelia Hediger indaga en la fractura y el reverso que nos acompaña en el subconsciente. La fotografía que ilustra este artículo pertenece a su serie Doppelgänger, en la que la autora se convierte en protagonista.
Maldito lunes...
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rosapocha -