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La caja de los hilos

Los cuadernos de Rebeca

EL DOBLE

Por Rebeca Labeca

Cuando sonó el despertador intentó alargar el tiempo mientras pensaba en la ropa que iba a llevar ese día para ir a trabajar. En el desayuno que iba a prepararse y en cómo se dirigiría más tarde por las escaleras hasta el portal y del portal a la parada del autobús. Tanto entró en sus pensamientos que su doppelgänger acabó cogiendo el 51 como si tal cosa y fichando en el reloj de la entrada sin que nadie advirtiera nada extraño. Cuando finalmente Marcos se relajó y dejó de controlar a su autómata especular para volver a otros sueños más placenteros, el sosias traidor aprovechó para levantarle la falda a la recepcionista y plantarle un beso en la boca a la jefa de personal antes de vaciar la cuenta bancaria de Marcos para comprar un billete al Caribe donde desde entonces se desquita encurtiéndose de sol y mojitos de tantos años de servidumbre titiretada.  

Cornelia Hediger indaga en la fractura y el reverso que nos acompaña en el subconsciente. La fotografía que ilustra este artículo pertenece a su serie Doppelgänger, en la que la autora se convierte en protagonista.

Maldito lunes...

New Order - Blue Monday.mp3

Nouvelle Vague - Blue Monday.mp3

Bangles - Manic Monday.mp3

The Charade - Monday Morning.mp3

EL ABRIDOR

EL ABRIDOR

Por Rebeca Labeca

 

Jueves: 21:00 h.

Abro el bar. Guillermo lleva dos semanas de baja y estoy ya cansada de abrir todos los días yo sola. Guillermo lleva dos semanas de baja porque se operó de fimosis y no quiere “traumatizar el área operada” empalmándose antes de tiempo.
    Resulta que Guillermo encuentra un aliciente extra a esto de trabajar en un bar y a veces se empalma cuando habla con las chicas así que lleva dos semanas encerrado en su casa jugando a la Playstation y emborrachándose todos los días para ver si el alcohol le amortigua un poco la masculinidad.

 

23:00 h.

Llega Guillermo. Afeitado, camisa nueva y corte de pelo. Se pone una cerveza y toma un trago como si la cerveza fuera Isostar y él acabara de correr una maratón. Mira el abridor en sus manos y le dice en voz muy baja.

-Rebeca, ¿puedo pedirte un favor?

    Deduzco que me habla a mí y no al abridor, pero nadie lo diría. Y aunque sigue dirigiéndose a él me entero de que Guillermo ha quedado dentro de media hora con Nieves. Llevan unas semanas tonteando sin enrollarse y Guillermo quiere probar esta noche si su recuperación es completa.
    Y resulta que Guillermo debe estar enamorado o algo parecido porque no se ha atrevido a decirle a Nieves nada acerca de su operación. Y ahora está inseguro acerca del resultado, sobre todo por el efecto estético. Y quiere ir al almacén conmigo para que yo le de mi opinión como mujer.

 

23:20 h.

-Bueno ¿qué? ¿Qué te parece? Así no se ve del todo bien. Mejor me empalmo un poco.

-No veo nada con esta luz, Guillermo. Espera que me inclino.

 

23:22 h.

Se abre la puerta del almacén y los dos nos giramos sorprendidos. Nieves, que todavía no ha podido comprender la escena, entra radiante y hablando de carrerilla.

-Hola Guillermo, Luis me ha dicho que estabas aquí.

 

Dave Hill, con su dominio de la postproducción fotográfica, consigue una atmósfera única para sus instantáneas. Todo un mundo de luces y sombras por descubrir.

Vaya, vaya, qué sorpresa...

Gnarls Barkley - Surprise

EL CAMELO DEL POETA

EL CAMELO DEL POETA

Por Rebeca Labeca

Martes: 21:15 h.
El bar vacío. Esta noche hace frío y se nota que a la gente le da más pereza salir. Aprovecho para poner el disco de Pink Martini y saco mi cuaderno Claire Fontaine para ver si consigo acabar el relato que comencé la semana pasada.

21:25 h.
Coleguita y Neo entran por la puerta y piden dos botellines. Se acomodan con sus cervezas detrás de la columna. Seguro que van a liarse un porro y por eso se esconden. A mi plim. Hoy no tengo ganas de discutir con nadie. Que les diga algo Guillermo cuando llegue, si es que él tiene ganas.

21:35 h.
Coleguita se acerca zalamero y pone ojos de spaniel buscando ser adoptado. Esto ya me lo sé. Ahora me dirá que estoy muy guapa y que soy la reina de las camareras y me pedirá que les invite a una ronda. Como si lo viera.
- No sabía que dibujaras.
¿Que dibuqué? Miro el cuaderno y me doy cuenta de que no he escrito una sola línea desde que empecé y que me he dedicado a hacer garabatos sin pensar en lo que hacía.
- No, no dibujo, estaba intentando escribir algo.
- Ah, ¿escribes? Yo soy poeta. Estoy escribiendo poemas para hacer un “romancero calorro”, algo como lo del poeta ese que se cargaron en la guerra civil ¿Sabes quién digo?
- Sí, sí sé, sí.
- Pero algo más masculino, más profundo, sin mariconadas de esas que no se entienden...
- Ya veo...
- Y además escribo en una página web muy importante. Bueno, en realidad, soy uno de los jefazos de la página. Podría dejar que publicaras algo...

03:30 h.
Cierro el bar. Caja regular. Coleguita y Neo se han bebido quince tubos y no han pagado nada. Y yo me he comprometido a escribir (by the face) en La Caja de los Hilos. ¿Existirá esa página o estos dos me la han vuelto a meter?

La imagen que ilustra este post pertenece al polifacético artista californiano Chris Reccardi.

Un martini rosa, por favor...

Pink Martini - No Hay Problema.mp3

Pink Martini - Sympathique.mp3

Pink Martini - Qué será, será.mp3