QUIERO SER POETA
Por Alicia Lázuli
Quiero ser poeta. Lo supe el jueves por la tarde. Los jueves dedicamos el taller de literatura a leer y comentar textos, pero el 14 de febrero Damián, el director del taller, tenía que ir a Teruel y nos aconsejó que asistiéramos a la Orgía de San Valentín. Creo que todos nos sobresaltamos un poco ante semejante propuesta, pero después nos explicó que se trataba de un recital de poesía pornográfica. Confieso que a mí la explicación me desconcertó todavía más, porque poesía y pornografía me parecían dos palabras antagónicas. Con mucha curiosidad me acerqué al forum de la Fnac.
Me sentía un poco nerviosa porque la sala estaba abarrotada y no veía a nadie conocido, pero enseguida Octavio Gómez -un chico bastante mono, novio de una tal Jane Birkin- tomó la palabra y fue presentando a las personas que a continuación iban a leer. De nuevo me sorprendió comprobar que todas -a excepción de David Giménez- eran mujeres, porque si ya es extraño para mí asociar poesía y pornografía, más aún vincularla al sexo femenino.
Charo de la Varga fue la primera en suspirar mientras Ángel Gracia, desde la cabina de sonido, llenaba la sala de "je t´aimes" y gemidos. Isabel Izquierdo devoró unos poemas cocinados con recetas del mundo. David Giménez -un chico muy simpático que había sido novio, según creí entender, de una amiga de la novia de Octavio Gómez- ofreció unos poemas eroticoagrícolas a la sal. Carmen Ruiz Fleta lanzó unas palabras bien lubricadas contra las sillas de 100 desconocidos. Clara Santafé se atrevió a pronunciar verbos de los que se conjugan entre las piernas y Ana Muñoz nos dejó a todos mudos con su declaración de perversión de mayores.
Hace unos años yo quería ser actriz. Me apunté al grupo de teatro del barrio y tuve desde entonces la certeza -así lo afirmaban los componentes del grupo- de que los poetas eran pésimos recitadores. Para eso estábamos nosotros, los actores. Pues otra firme verdad que se fue a pique el jueves. Y, para colmo, todas las poetas eran guapísimas y tenían unas voces que atrapaban. Si leía Charo de la Varga, yo quería ser ella, si leía Clara Santafé, tenía claro que quería ser Clara, si leía Ana Muñoz, quería ser manzana.
El martes tenemos taller y Damián nos preguntará cómo fue la orgía de San Valentín -al que, dicho sea de paso, yo siempre he confundido con Cupido-. Sólo se me ocurre decir que, después de la orgía, yo quiero ser poeta.
Frank Brunner es un reconocido dibujante de cómics, sobre todo para la factoría Marvel. Pero entre sus obras destaca una erótica versión de Alicia en el país de las maravillas.
Uhmmmm...
Serge Gainsbourg y Jane Birkin - Je T´Aime Moi Non Plus.mp3
Anita Lane - Home Is Where The Hatred Is.mp3
Jacques Brel - Ne Me Quitte Pas.mp3
6 comentarios
Azzunena -
charo -
Anónimo -
Besos.
Le Mosquito -
Broma aparte, me llamó la atención tu comentario acerca de poetas, poetisas, y su mala fama como recitadores. Es verdad que en el pasado (y algún pasado en el presente) amaneran en verso y engolan la voz haciéndolo insoportable; meciéndolo entre espartos, más que en algodones. También es cierto que los actores (dios los acoja en su seno) se han arrogado normalmente el ¡derecho! a decir versos ajenos. Malditos, por maldichos que fueron.
En España, y hasta que Pepe Estruch (qpaa) no leyó, y enseñó a leer versos como si de prosa se tratara, muchos actores los destrozaron. Y lástima que Pepe muriera, porque aún hay algunossss que siguen haciendo gorgoritos para exprimir una belleza que está en el texto, siempre que este no se sobreactúe.
Abrazos.
Alicia Lázuli -
Isabel -
Gracias guapa!