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La caja de los hilos

CUARTO ESPACIO

 

Por Alicia Lázuli


Querida tía Neus:

 

El cierzo ha hecho hoy de las suyas y ya sabes lo temerosa que soy del frío. He pasado la tarde encerrada en casa mirando el río desde la ventana y jugando a inventar historias. Bueno, intentándolo, porque cada vez que miraba las torres del Pilar veía sobre la ribera una enorme hamburguesa a punto de ser acribillada por un extraño pelotón de fusilamiento. Y es que ayer visité el Cuarto Espacio. No, no es una metáfora de mi estado de ánimo. El Cuarto Espacio Cultural es una sala que la Diputación Provincial dedica al “arte emergente”. Lo que no sabría decirte es cuáles son los Tres Espacios que dan lugar al Cuarto. La cosa es que una parte de la exposición de Zaragoza Rebelde está alojada allí y, aprovechando que tenía que ir al Mercado Central, me acerqué a la Plaza de España.

 

No imaginas mi desconcierto al llegar al Cuarto Espacio y comprobar que en su lugar habían instalado un concesionario de automóviles. Bueno, eso creí –ya sabes, tía Neus, lo lenta que es a veces mi cabeza- al leer en el cristal “COMPRAD COCHES”. Pero entendí que se trataba de una consigna irónica al ver en otro de los cristales y pintado con grandes letras blancas el lema “VIVA EL CAPITALISMO”.

 

Advertida por estas leyendas, bajé las escaleras suponiendo el tono sarcástico de la exposición para tropezarme directamente con la Virgen del Pilar y la propuesta de Paco García Barcos de abrir una suscripción popular para confeccionar un manto donde aparezca bordado cada año el número de personas mayores de 65 años que, según los datos del Instituto Aragonés de Estadística, hayan vivido por debajo del umbral de la pobreza (la cifra que acompañaba a 2007 era –qué espanto- de 92.017) hasta que desaparezca la pobreza o no quepan más números bordados en el manto.

 

Cerca de la Virgen del Pilar aparecían las fotos de Pipa Álvarez que muestran el trabajo realizado con García Barcos en el que, junto a los escaparates de las tiendas de armas, que exhiben sus productos como si se tratase de una tienda de golosinas, se encuentran los sex-shop, exentos de escaparate, que ocultan su interior como si en él se almacenaran artículos altamente peligrosos. Pensaba en las gomas de sabores variados que te preservan de numerosos y embarazosos peligros, cuando leí en la pared junto a otros carteles y pensamientos feministas: “Si los hombres parieran, el aborto sería un sacramento”. No había tenido tiempo de asimilar tan drástica aseveración cuando vi el cartel promocional para la reconversión de la Plaza de Europa. Casi me muero, tía Neus, con el vídeo que Rebeca Bazán y Eva Hidalgo, que son miembros -¿o miembras?- del Colectivo Treta, habían preparado para promover el Proyecto que propone la “flexibilización” del obelisco. Ya me veía yo resbalando por un gigantesco tobogán… aunque no estoy segura de que el Ayuntamiento se atreva a asumir un cambio tan osado.

 

 

Quienes sí se atrevieron a asumir cambios fueron Miguel Ángel Gil y Josema Oliden que habían subvertido los símbolos de nueve banderas, transformando el escudo de la bandera monárquica en un gran insecto, la cruz gamada en soporte de crucifixión o el círculo de estrellas de la Unión Europea en corona de espinas. Y espinosas también eran las alfombrillas de bienvenida con las que Ángel Lalinde recibía –en una metáfora ácida de la hipocresía oficial- a los emigrantes.

 

Mientras examinaba las alfombrillas llenas de clavos, no dejaba de escuchar la risa estrepitosa de unas chicas que miraban la instalación de Diego Sáinz. “Vaya tías más escandalosas”, pensé. Pero al acercarme, no tuve más remedio que unirme al coro de carcajadas porque junto a una lona de camión rotulada con frases como “FUERZAS ARMADAS DE AMOR” o “CETME-OS AMA” y una colección de camisetas del ejército “desmilitarizadas”, aparecía la proyección de una especie de terrorista baturro cantando lo que parecía una original modalidad de jota insumisa.

 

En la planta calle y como colofón a mi paseo por el Cuarto Espacio, me esperaba, junto al singular pelotón de fusilamiento de hamburguesas gigantes, fluvis y artefactos de plástico que constituían una superrealista versión del 3 de mayo, el Colectivo de Cabezudos Rebeldes que Javier Joven había representado encabezando –nunca mejor dicho- multitudinarias manifestaciones callejeras. Salí del Cuarto Espacio como si acabase de participar en una revuelta liderada por el Tuerto, el Boticario o la Forana.

 

Durante un buen rato no fui capaz de ordenar mis ideas. Cuando mi excitación se fue aplacando, no pude evitar pensar que si el gobierno dejara de invertir dinero en armamento y la Iglesia en vergonzosas y fariseas campañas, quizás no habría que bordar el manto de la Virgen del Pilar. Y si no llega a ser porque soy atea, me hubiera puesto a rezar, tía Neus.

 

Un beso.

 

Alicia.


Los cabezudos que ilustran este artículo son obra de Javi Joven y están expuestos en el Cuarto Espacio, en la plaza de España, dentro de la muestra organizada por Zaragoza Rebelde.


Negu Gorriak - Hiltzeko Era Ugari.mp3


Albert Plá - El Lado Más Bestia De La Vida (Walk On The Wild Side).mp3


Le Tigre - Deceptacon.mp3


Morodo y Violadores del Verso - Yo Me Levanto.mp3

1 comentario

Tomás Lobo -

Si hubiera unas fuerzas armadas del amor, creo que Alicia sería capitana general. Un besazo.