UN RELATO EN LA HABITACIÓN
Por El Sastre
"Las calles se escapan por el vértice de un cono vacío". Así inicia Pablo Díaz su relato "El número cien", que estrenó hace unos minutos La habitación de Klaus. ¿A quién dedicaríamos nuestro último aliento? ¿Qué merecería nuestra atención antes de abrazar a la parca? Eso se pregunta Pablo Díaz mientras camina inexorablemente hasta el número 100, quizás buscando anestesia. "Uno no puede dejar de pensar aunque cuente". Es verdad. Solo la muerte deja al pensamiento en la sala de visitas. Pero este deambular por el recuerdo y la frustración no es el único regalo que nos ofrece nuestra web hermana. En las últimas semanas, La habitación de Klaus ha mirado a las mujeres, hermosas, intensas, hipnóticas. La primera es Romy Schneider y sus ojos de cielo y celuloide. En un clip que recoge recortes de la inacabada obra "Inferno", de Henri-Georges Clouzot, se muestra turbadora y magnética, como un árbol de amianto en su versión caleidoscópica. Después llega Anna Karina, desnudada por Godard en "Vivre sa vie", quien descubre sus ángulos y círculos, tanto los físicos como los del alma, en una escena que retrata el rostro de la mujer bella y su fascinante emoción. Más ufana, Jean Seberg se deja cautivar por ese chulo irresistible que es Jean Paul Belmondo en "Al fnal de la escapada". Con sus periódicos en el brazo, Seberg sublima el coqueteo ante el caradura de su vida. Y, por último, Jean Moreu, en la sensual "Los amantes", de Louis Malle, con las manos entrelazadas, disfrutando del éxtasis, del escándalo... Bueno, tras este preámbulo quizá innecesario, en su doble perfil de oscuridad y luz, La habitación de Klaus espera vuestra visita. No nos falléis.
El inglés Tom Hoops ilustra este artículo con uno de sus expresivos y personales retratos.
Miente...