LA RUBIA
Por Cuca Guillén
Hacía días que quería hablar de esto, pero la verdad, oyes, que no he tenido ni un rato porque una tiene sus compromisos y sus quehaceres y para qué os voy a contar. Ahora, con las rebajas, estoy mucho más liberada porque como no hay que ir de tiendas a mezclarse con la chusma y con los pobres, le puedo dedicar más tiempo a poner el dedo en la llaga de los asuntos pendientes. A lo que iba, que me lío, que quería hablaros de cómo me está dejando el partido la Rudi. Mira que yo vi su llegada como el advenimiento de la Virgen María. Ese porte, ese aquí mando yo, esas faldas ajustadas a la faja, ese pelo a lo Jackie Kennedy, ese estilazo de mujer fatal... Bueno, lo admito, se me está yendo la pinza, es verdad, un poco fondona si anda y escasa de colágeno, también. Pero chica, oyes, nadie es perfecta. Al grano, Cuca, que te pierdes. Cuando me enteré de la noticia en el Heraldo, me dije: "Esta es la mía". Y os preguntaréis por qué. Pues está claro: una mujer como ella debía contar con una mujer como yo. Ya lo estaba viendo: "Rudi y Cuca Guillén, dos rubias a todo tren". Seríamos algo así como la Espe y la Botella. Era mi primer paso en política, así que me fue a Escada y me compré siete trajes que me sentaban como a una diosa y me fui directa a la clínica del doctor Herrera para que me metiera una pizquina de botox ahí donde más le duele a una mujer y me quitara unas lorzas del culo que me sentaban como el ídem. Pues, eso, me dejaron divina y, una vez adecentada para comparecer ante los medios, esperé la llamada del partido. Pues eso que pasa una semana, dos semanas, un mes... Empieza a nombrar a todo tipo de señoronas vulgares sin la mitad de clase que yo, y por supuesto peor vestidas, y me empecé a preguntar: "¿No será que en el partido habrán perdido mi móvil? Llamé a la sede para salir de dudas:
-Soy Cuca, me pasas con Luisa.
-¿Con quién?
-Con Luisa Fernanda Rudi, bobo, a ver si nos empezamos a enterar de quién manda en el partido.
-No está.
-¿Me dejas el móvil que me urge hablar con ella?
-Pues no.
-¿Cómo que no? ¿Pero sabes quién soy?
-Pues no.
-¿Es que solo sabes decir "pues no"? En cuanto tenga despacho en la sede lo primero será hacer una limpieza de incompetentes en el hall. Acabáramos, semejante falta de respeto a una señora que es pasado, presente y futuro del PP aragonés.
Me colgó el teléfono. En fin, dejémoslo estar. Pasó una semana, dos, tres... Una mañana, leyendo el Heraldo, vi que la Rudi cerraba el congreso de los populares de Zaragoza. Así que me planté en el Auditorio. Al poco de llegar yo, apareció ella, como una reina, monísima, demostrando ser una mujer de orden. Yo me acerqué y le dije:
-Hola, Luisa, me he pasado porque, chica, supongo que se te habrá pasado llamarme con el trajín que llevas, pero mira, me he dicho, oyes Cuca, díselo directamente que entre chicas estas cosas se arreglan así. Pues nada, que me he decidido, que quiero entrar en política porque ya no te puedo dar largas más tiempo, que el PP necesita mujeres decididas como nosotras, que dejemos todo por el partido, que apartemos nuestra vida personal a un lado para sacrificarnos por España, que falta hace, ¿sabes lo que te digo? No me digas nada que lo entiendo todo. No hace falta que te disculpes, de verdad. A lo que iba, que había pensado que te podría hacer un buen papel como número tres o cuatro del partido, más que nada para no causar demasiadas envidias en los que ya están, tú me entiendes, ¿no? Pues eso, después ya hablaríamos de las listas. Me veo más de candidata a las municipales, con un buen equipo detrás, por empezar por la base. Después ya seguiríamos hablando.
Ella miró a la derecha, a su escolta (guapo, por cierto), y le hizo un gesto con la cabeza. Se acercó a mí y yo pensé que nos iba a llevar a un lugar más discreto, para hablar las dos con tranquilidad. "Acompáñeme, señora". Yo encantada de la vida. Pero, de repente, me vi en la puñetera calle. ¿Y la presidenta? "La presidenta tiene cosas que hacer. Por favor, no se acerque que no quiero verme obligado a sacar el arma". ¿El arma? ¿Qué arma, Dios bendito?¡¡¡Esto es impresentable!!! Yo, una señora, del partido de toda la vida, una promesa en ciernes, joven valor, atractiva, inteligente, mujer-mujer, tratada como una socialista cualquiera o lo que es peor, como una pobre o como una loca. Esto es el acabose, el pandemónium, el tótum revolutum. Esto lo va a saber Mariano o, si no, Jose Mari y más pronto que tarde. Esa rubia se va a enterar que a mí no me torea nadie, oyes, que esa no me conoce a mí, que no sabe con quién se la juega, que yo seré una señora, pero también soy persona humana y cuando saco la mala leche, la saco. Como que me llamo Cuca (Continuará... o no).
Nos encanta el estilo neo pop art del belga Jan Bollaert. En la imagen, "Montainriver Diva".
Ella te ama...
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El Sastre -
Santo -