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La caja de los hilos

ESTA VEZ ES ÉL

Por El Sastre

Manu Jiménez nos envía un texto ¿real? sobre ¿un amigo? muy alborotado y desordenado. A ver qué os parece...

"Me gustaría hablaros de un personaje peculiar al que quiero mucho y al que no paran de sucederle historias insólitas y absurdas. Su nombre es tan absurdo como las cosas que le suceden, Mónico Majizo. Le llamaré Moni, es como le llamo cariñosamente.
    Trasladémonos al verano de 2006. Era una noche de jueves muy calurosa en Madrid y claro, Moni no se iba a quedar en casa haciendo punto de cruz, así que se enfundó sus vaqueros pitillo supermariquitas y se fue a la disco de moda. Como cada jueves, se atiborró de alcohol, drogas y roces con todos los paquetes que se le acercaban. Las horas volaron como volaba su cabeza. Como de costumbre se quedó solo, todas sus amigas se retiraron nada más cerrar. Moni, inconformista por naturaleza, no se iba a ir a casa con el subidón de drogas que dominaba su alma y el calentón que sofocaba todo su cuerpo… por lo que hizo lo más razonable que se puede hacer un viernes a las 8 de la mañana en Madrid, ir a la Sauna. (Y que no os confunda lo de la Sauna, Moni no es un chico fácil. Para él, verle la cara al tío antes de comerle el rabo es primordial). Una vez dentro, alucina con la cantidad de gente que había, apenas quedaban taquillas libres. Se desnuda, se pone la toalla y sus chanclas inmundas y sale a la caza. Estaba a tope de maricas de todas clases y a él, solo de pensarlo se le subía la toalla. Moni nunca hubiera imaginado que iba a conocer al amor de su vida. Pasea entre las cabinas para ver si tiene alguna posibilidad antes de meterse en el cuarto oscuro y cual fue su sorpresa, al notar cómo un brazo fornido lo agarró fuertemente arrastrándolo a una cabina de color rojo, acolchada y con imágenes porno. El factor sorpresa a Moni le fascinó tanto que podía notar como su polla le iba a explotar de la excitación. Empezó a escanear a su raptor y descubrió que era un chico no demasiado feo, lo que era suficiente para empezar a enrollárselo.

    Moni tuvo la idea impetuosa de llevárselo a su casa sin ser consciente de lo que esto supondría. Pero una vez más, sintió que él era el hombre de su vida, así que no vaciló y lo invitó. Por el camino, Cari (que es como Moni suele llamar a un chico cuando no recuerda su nombre) le contó que era de Cuenca, que trabajaba en una fábrica y que de vez en cuando salía por Madrid. En poco tiempo llegaron al piso caótico y sucio de Moni. Había ropa y toda clase de objetos desparramados por la casa, el suelo apenas se podía distinguir. Quedaron extenuados después de pasar horas follando como locos. Nada más quedarse dormidos, sonó el despertador. Moni tenía que ir al restaurante a trabajar. Cuando abrió los ojos pensó que estaba en otra casa. Todo estaba limpio, ordenado y la ropa doblada en el armario. Parecía obra de un Hada Madrina, pero Moni ya no creía en esa zorra, así que pensó que había pasado toda la mañana follando con un psicópata. Moni prefirió no hacer preguntas y lo acompañó rápidamente hasta la boca de metro más cercana.
    Moni llevaba un rato trabajando en el restaurante cuando sin esperarlo entró su amante psicópata. Se quedó blanca del susto, ¿cómo podía saber dónde trabajaba? ¿Le habría seguido todo el tiempo? Armándose de coraje mariquita se acercó a la mesa y le preguntó qué hacía allí. Cari simplemente le pidió una cerveza y se quedo observándolo durante las 4 horas de servicio. Al terminar, Moni escapó aterrada por la puerta de atrás sin saber que huir sería lo que le esperaba durante las cuatro semanas siguientes. Acosada de regalos, cartas de amor, perseguida por toda Madrid por un novio de unas cuantas horas. Pensó en denunciarlo a la policía pero a Moni se le caía el coño de vergüenza. Otra vez se había vuelto a enamorar de cualquiera. Y otra vez se había vuelto a desenamorar con la velocidad de un polvo. ¿Quién sería la víctima, Cari o ella?".

El holandés Erwin Olaf es para muchos el Hitchcock de la fotografía. Su misterio y su ambigüedad sostienen esta etiqueta recurrente. Pero es mucho más. Su capacidad para rebuscar entre las emociones humanas y, con un dominio extraordinario de la luz, hacer magia con las imágenes lo convierten en un verdadero genio. Radical y contradictorio, se encara a los tabúes con valentía para construir un mundo siempre sorprendente, como el del Club Paradise, al que nos invita a entrar a través de las instantáneas que ilustran este artículo.

Cómo está la noche...

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3 comentarios

nascu -

dios que miedo! me pone los pelos de polla

Santo -

Creo que Moni hizo muy bien en poner a "Cari" de patitas en el metro. A Dora le dan yuyu los payasos, a mí los que te pliegan las camisas y te ordenan la casa... ¡pero que poco respetuosas son las personas con el desorden!
Anda, Manu, sé bueno y cuéntanos más historias de tu amigo Moni, que me han dicho que tienes unas cuantas.
Y besos para todas.

Dora -

esta historia ha sido un verdadero rayo de sol (oh, oh, oh...)en esta mierda de domingo de mayo(?)...
me reafirmo en que, por lo único que me gustaría ser un tío (quiero decir bio-tío , NASCU) es por poder ser un gay como Rouco manda, ir a cuartos oscuros, saunas húmedas y follar 5 segundos después de cruzar una mirada...por lo demás ya sé que es todo lo mismo: víctimas o verdugos.

PD: también me ha servido para reafirmarme en el yuyu que me dan los payasos :S