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La caja de los hilos

NE PAS DÉRANGER

NE PAS DÉRANGER

Por El Sastre

Sonia Fides es como el París luminoso y limpio, misterioso y suave, ese que se recoge en una canción o en un abrazo caliente. Allí, en la ciudad mágica, nos descubre un seductor retrato de las pérdidas y encuentros que se ocultan bajo la espuma de una mirada. La suya, tal vez. Sonia vuelve. Y París también.

Jacqueline sintió un peso extraño en ese lugar donde la cama deja de serlo para casi convertirse en un abismo, algo parecido a lo que siente una mujer delgada cuando come más de la cuenta. Levantó la cabeza levemente, dirigió los ojos hacía el lugar que trataba de fastidiar con tanta insistencia la movilidad de sus pies. Pareció no extrañarse al ver un montón de cámaras fotográficas, de distintos modelos, esparcidas sobre la colcha roja. Movió los pies sin importarle que con su imprudencia, algunas de ellas pudieran perder la vida al caer al suelo. Hacía veinticuatro horas que había dejado de ser una mujer delicada. Recostó de nuevo la cabeza sobre la almohada y cerró los ojos con suavidad. Comenzó a sonar el teléfono y entonces los apretó cada vez más fuerte hasta obligar a la luz a buscarse otro lugar en el que residir. Volvió el silencio o eso creía. Enseguida tres leves golpes sobre el esmalte de la puerta. Se tapó la cabeza por completo, además de ciega, parecía querer ser sorda. Volvió a mover los pies. Un estruendo sobre el suelo le dio la solución, la excusa perfecta para no moverse de la cama, la excusa perfecta para no darle la razón a aquellos que habían decidido acabar con su larga carrera de modelo. Recordó donde estaba y aquella canción que decía... "Paris, a matin de décembre.... J’ai bien reçu ta lettre ...". Descolgó el teléfono, marco el número de la recepción. Al otro lado del auricular una voz nasal le preguntó en que podía ayudarle, no tardó en contestar:

-Sí, buenos días, necesito que me mande a alguien a recoger una nota.

-No es necesario, señora, puede usted dictarme el mensaje si lo desea.

-Perfecto, apunte:

                                                Querido Mario:

He decidido marcharme de la ciudad. Gracias por el interés que has puesto en intentar salvar mi carrera con este último reportaje, pero no puedo hacerte esto. Elegir París para inventarnos mi resurrección ha sido un completo error, te pido disculpas. Espero que puedas perdonarme el plantón y el destrozo de las cámaras fotográficas. Me hubiera quedado, no creas que me apetece demasiado ser un cadaver con treinta años, pero me bastó un corto recorrido por algunas de sus calles para tomar conciencia de que no hay mujer más fotogénica que Ella.

Tuya siempre.

    Alicia.

Guy Bourdin es posiblemente uno de los mejores fotógrafos que ha dado París. Sus mujeres, siempre hermosas e inalcanzables, parecen esconderse tras un velo de misterio que las hace aún más fascinantes. 

Escuchad...

Benjamin Biolay - Dans La Merco Benz.mp3

Benjamin Biolay - Meme Si Tu Pars.mp3

5 comentarios

T. Lobo -

El relato es fantástico, pero me ha llamado la presentación del Sastre. "...un seductor retrato de las pérdidas y encuentros que se ocultan bajo la espuma de una mirada. La suya, tal vez...".
O se le está yendo la olla o, sencillamente, se está enamorando.

Besos para todos, sobre todo para Sonia Fides.

Fcaro -

Sonia, eras la excusa perfecta para el sueño, Paris inaprensible, fugaz modelo siempre recordada, el espumoso ardor de los espejos: tú.

La caja de hilos -

Sonia: Gracias por esos regalos que nos envías de vez en cuando. Eres maravillosa.

Clara: Por favor, anímate, nos encantaría contar con alguno de tus estupendos textos.

Besos a las dos. Volved pronto.

Clara Santafé -

Sonia genial, como siempre.
Pues a lo mejor yo también me animo a mandaros un par de cosillas próximamente.

Un besico

Sonia -

Gracias chicos/as por hacerle siempre un huequecito a mis "birria" relatos.

Un abrazo.