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La caja de los hilos

EL EXTRATERRESTRE

EL EXTRATERRESTRE

Por El Sastre

Pablo Díaz vuelve a colaborar en la Caja con esta reseña del maravilloso concierto de Krystian Zimerman en el Auditorio de Zaragoza.

"Eran ya las ocho y media del lunes. Las luces del auditorio se apagaron y comenzó el espectáculo. Krystian Zimerman había elegido una Partita de Bach para ponernos a todos los pelos de punta. El Gran Steinway del auditorio se convirtió de repente en un antiguo clavicordio que arañaba las notas de un Bach sobrio. La adecuada proporción y la pasión contenida disputaban un duelo polifónico, llevadas por la técnica posiblemente más perfecta que hay sobre la faz de la Tierra. El público se rindió a Bach y a Zimerman como no podía ser de otra forma. Acto seguido, y siguiendo en orden cronológico, interpretó la Sonata Patética de Beethoven. A pesar del cambio de programa (había anunciado que tocaría la Sonata Op. 111 de Beethoven, menos conocida pero quizá más interesante) el intérprete se hizo de nuevo con el público en tres o cuatro compases. Los trágicos y graves primeros acordes y la respuesta lírica en agudo en contrastados planos sonoros que Zimerman maneja a la perfección junto con el efecto de los silencios prolongados dejaron sin aliento a todos los presentes antes incluso de que se desatara la ira del tema principal de la Sonata. El resto fue un despliegue de pasión. Eligió los momentos más inesperados para, con pianissimos inverosímiles, convertir el auditorio en una íntima habitación y susurrarnos las notas como si fueran confesiones de amor. La paleta sonora de Zimerman no parece tener límite. En otros momentos, la furia del compositor germano se descargaba en toda su plenitud con acordes redondos que llenaban el espacio, o cuchillos ardiendo que nos hirieron de muerte a todos el lunes por la noche. Creo que soy un poco más feliz desde entonces. Tras el descanso sonó Chopin. De nuevo otro cambio de última hora en el programa nos privó de escuchar el Op. 119 de Brahms aunque unas lindas Mazurcas hicieron olvidar enseguida este desajuste. La interpretación de la sonata en Si menor de Chopin fue brutal. La obra del compositor polaco no podía encontrar sino en un compatriota la mano que mejor la intrepretara. Sin excesos ni amaneramientos, sin concesiones a la desproporción, Zimerman hizo magia de nuevo al transformar, en los pasajes más líricos, la Sala Mozart en un saloncito burgués del XIX. Luego vendrían la pulsión romántica y el endiablado virtuosismo de la obra de Chopin que el pianista saldó con una pulcritud imposible. El auditorio enmudeció hasta la última nota. Entonces se deshizo en aplausos. Zaragoza se rendía así ante el genio, ante el extraterrestre. Por cierto, luego hubo bises y el pianista nos obsequió, entre otras cosas, con fragmentos de la Sonata de Liszt y con un “cumpleaños feliz” a lo Claro de Luna, compuesto ad hoc, que dedicó a Luis Galve cuyo centenario del nacimiento se celebraba justamente el lunes. De hecho, el recital era un homenaje a Luis Galve. Y la viuda del músico zaragozano estaba entre el público, y Belloch le entregó una placa, y tal y tal…".

El autor de la imagen que ilustra este post es Mihai Criste, un artista rumano que recupera el surrealismo de Magritte con un espíritu muy personal.

Recordemos a Beethoven y su "Patética"...

Sonata Nº 8 en Do Menor "Pathétique", op. 13 - Grave; allegro di molto e con brio.mp3

Sonata Nº 8 en Do Menor "Pathétique", op. 13 - Adagio cantabile.mp3

Sonata Nº 8 en Do Menor "Pathétique", op. 13 - Rondo: allegro

6 comentarios

Geiger -

¡Bravo!
por cómo está escrito, porque transmite exactamente lo que sentí yo en Valladolid cuando fui a ver al mismo artista,

por compartir esa pasión por la música clásica que hoy en día tan difícil es de encontrar


Gracias.

Santo -

Confieso que me he rendido al capital y sí, sí tienen precio los pendientes (no todos), pero el precio no lo he puesto yo sino el demandante... demasiado caros para contarlo en público.

ana m. -

opino igual que pablo. y... mmmm... me habría gustado ir al concierto. lo leí en aragón musical. que dura es la vida a veces, jaja.
besos!

Pablo -

Santito, esos pendientes tuyos no tienen precio (¿o sí?)

Santo -

Leyendo tu texto, cualquiera desearía la invasión de los extraterrestres. Qué envidia. No por haber estado en el concierto, sino por la capacidad para poder disfrutarlo con conocimiento. A mí las orejas sólo me sirven para colgarme pendientes. Besos musicales.

nascu -

Jo , vaya pasada no?, tus palabras suenan a musica , embulliste de forma impresionante ese maravilloso concierto...