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La caja de los hilos

DE LA OFRENDA A LOS TOROS

DE LA OFRENDA A LOS TOROS

Por Cuca Guillén

¡Menudo día lleve ayer! Como don Mariano nos ha dicho que teníamos que aprovechar el día del Pilar para demostrar con un gesto nuestra españolidad, pues a esas me puse. Qué mejor gesto español que ir a la Ofrenda. Bueno, admito que iba a ir, como todos los años desde que tengo uso de razón, pero, oyes, que de paso aprovecho y rindo pleitesía a nuestra Virgen y a nuestro Mariano. Pues nada, que me enfundo mi traje de baturra de tres millones de pesetas, nuevo, por supuesto, como cada Pilar, que para heredar ya están otras. Nos fuimos todas las de la Peñaza, todicas con los ramos encargados en la plaza de los Sitios. Pero para qué nos vamos a engañar. El mejor traje, el mío, que para eso ha nacido una con estilo, saber estar y perras en el bolsillo. Qué español todo, oyes, que estaba tan española que si me pinchaban no me salía sangre roja. Me salía rojigualda. Estuve a punto de ponerme las bragas esas con la bandera de España que me regaló mi marido después de un viaje a Cordoba, el muy picantón. Pero no, chica, que una es una señora y todas esas cosas son guarrerías. Pero me coloqué un pin de la Virgen, otro del PP y otro de la bandera de España y a patriota no me ganaba nadie. Ni Jiménez Losantos. Eso sí, como siempre, me tuve que juntar con los pobres, mañicos ellos. Pasé el trago como pude, oyes, pero una es muy devota y por su Virgen lo hace todo. Hasta el mayor sacrificio. Además, de todo tiene que haber, pobrecicos desgraciaos. Pues eso, que después de la Ofrenda, me fui a comer con mi marido, la suegra y los críos. Todo encargado, eso sí, que no le voy a obligar al servicio a cocinar en el Pilar. Pero por la tarde también tenía que ser española. ¿Y qué hay más español que los toros? A la plaza que me marché con mi marido y con Pitusa y el suyo. A ellos los dejamos con los puros y la lidia, y nosotras, con los vestidos de baturra más caros de toda la plaza. Y bien perfumadas y pintadas. Y oyes, oyes, oyes… En la puerta me encontré a los del “Tomate”. Me arreglé un pelín, no fuera a salir en la tele, que una tiene hechuras de famosa. A lo que iba. Toreaba el Jesulín, el de los sujetadores y las bragas, que se cortaba la coleta. Pero, ¿a qué no sabéis a quién vi? A la Campanario. Patidifusa me quedé. “¿Y dónde está la Campa?”, me preguntó Pitusa. “Pues allí chica, con la Carmen Bazán, por allí, que no te enteras”, le dije. “Pues no la veo”, insistió. Ay Pitusa, que no está en este mundo… Una ordinaria me pareció la Campanario. Al final sale en las revistas cualquiera. Con los méritos que acumulo yo y el juego que daría… Dejémoslo estar. No me fijé mucho en la corrida, porque allí una va a lo que va: a que la vean. Agotadica llegué a casa. Allí vino el susto. Me estaba quitando el vestido y va mi marido y me pregunta: “¿Qué es eso que llevas ahí?”. ¿Sabéis lo que era? ¡¡¡Una bandera republicana que me habían colgado en la espalda!!! Seguro que han sido algún pobre en la Ofrenda o alguna de las perracas de la Peñaza, que solo piensan en hundirme. Hoy estoy desolada. No solo por haber defraudado a don Mariano, que también. Lo peor de todo es que ya me estoy viendo en el “Tomate” la semana que viene bautizada como la baturra roja republicana… Y eso sí que no. Es que ya no queda gente de bien, don Mariano. Solo usted y yo.

Luis Grañena es un magnífico infografista e ilustrador zaragozano, que trabaja para Heraldo de Aragón. La caricatura de Jesulín de Ubrique fue publicada en el veterano diario aragonés el pasado 12 de octubre.

Como Cuca nos tiene enamorados tal y como es, le vamos a dedicar unos pasodobles. A Rajoy no le dedicamos nada. Por capullo.

Suspiros de España.mp3

El gato montés.mp3

España cañí.mp3

2 comentarios

ana m. -

Dios bendito y la pilar! lo inocente q seré, q al principio no le veía la ironía ni la coña a cuca.

uf!

besos